Mi comunidad interna y yo

Aviso de contenido: Este texto y el dibujo tratan los temas de abuso sexual en la infancia, maltrato infantil, y bullying.

Los últimos dos días hice un dibujo bastante largo - 146cm x 56cm - de la vida de Alex (mi niñe interior), Zora (mi niña interior) y Rigby (mi adolescente interior). Estas tres son las partes vulnerables de mi comunidad interna, las partes que se han llevado la mayor parte de mi trauma. Sentí la necesidad de hacerlo, como hace dos días encontré una pieza clave en la puzzle de mi vida que me faltaba. De repente, las cosas empezaron a encajar y todo tenía sentido.

Aviso de contenido: tratamiento de maltrato infantil y abuso sexual en la infancia.

Esto es un mini fanzine sobre mi Alex, mi niñe gender-bender. El fanzine es sobre el proceso mío con mi niñe interior, Alex. Alex es solo una parte de mi comunidad interna.

Entiendo que para muchas personas la idea que somos una pluralidad de personalidades les causa inquietud. Para mi ha sido una revelación, y me esta ayudando a entenderme mejor.

En nuestra sociedad la pluralidad muchas veces se entiende como un trastorno, un problema de salud mental.

Hoy me siento mi niña, con 10 o 11 años, sufriendo el acoso escolar que nadie ve, y cuando se defiende, cuando le sale la ira porqué ya no puede aguantar más, ella es el problema. Todes – les profesores/maestras, mis/sus padres, todes solo ven su ira, su respuesta violenta, entonces el problema es ella (y es ella. Ella es mala, no es que solo tiene un problema. Ella es mala. Punto).

El proceso de mi trauma - sin palabras.

Desde quizás dos semanas, mi comunidad interna tiene un nuevo miembro. Ha aparecido mi niño interno. Ahora somos tres – al menos: yo, mi niña, que ha crecido mucho en los últimos meses, y mi niño.

Hace una semana estuve en un encuentro/retiro LGBTIQA+ en Cataluña, y una de las dinámicas de uno de los talleres me conectó mucho con mi niña interior. La vi en el suelo, protegiéndose con los manos enzima de su cabeza. Estuvo llorando, y mi sensación inicial era que estuvo llorando por miedo a jugar, o por miedo a que la van a forzar a jugar. Fue el último taller del día, y después de la cena me retiré pronto a la habitación que compartí con tres amigues – nuestro espacio seguro – y conecté con mi niña, a la que encontré otra vez llorando.

Mi niña interior. Hoy, mi niña, a la que hasta hoy he llamado mi niñe interior, me ha dicho que es niña. No fue fácil para ella, y lo hizo muy rápido. La abracé, y le dije que bien, que la quiero, que respecto su identidad de género, pero que para mi tampoco es gran cosa y que puede cambiar tantas veces como quiere, y que la quiero igualmente.

Hace casi seis meses, al inicio de mi relación con mi niña interior, escribí: