Mi niñe interior y yo (III) – acercamientos

Me han mentido y abusado. Es hora de intentar sanar
Suelta, suelta, suéltame

Deja que me hieran. Déjame sentir.
Libérame las manos atadas y apúntame hacia lo real.

(...)

Ahora, desde que era une niñe pequeñe, he sentido este mismo viejo miedo
De que sólo yo me congelaré mientras el mundo avanza, me quedaré atrapade para siempre aquí.
Pero no puedo vivir de la vieja manera, esa manera casi me ha dejado muerte.

Ezra Furman: Point Me Toward The Real (vídeo)

Tuve otra noche intensa, de emociones y de conectar con mi niñe interior. Tuve un nudo supergordo en el estómago. Al inicio pensé en el tema de la mutua, pero debería más bien haber sido ansiedad (y algo de ansiedad también hubo). Pero al final fue mi niñe interior, con mucho miedo por las nuevas imágenes (¿recuerdos?) de la noche anterior. Anoche, por primera vez, tuve la imagen desde la perspectiva del niñe - no desde fuera - mirando hacia arriba cuando miraba la polla erigida del hombre, y vi la cara de la persona y quien es. No lo voy a decir todavía, prefiero hablar con mi psicologa al primero.

Otra vez conecté con mi niñe interior, llorando mucho (yo, le niñe al inicio con miedo), y le hablé de ahora esta a salvo, que ahora le puedo proteger y que nunca más nadie le puede hacer daño, y que entonces este niñe era yo, y que no podía protegerle. Al final mi niñe se acercó a mí y nos abrazamos, y lloramos ambes. Es tan pequeñe y tiene tanto miedo, pero también la necesidad que alguien le quiere de verdad. Se siente muy sole, muy abandonade, muy en peligro. Y no puede más.

Nos estuvimos abrazando, e intenté tranquilizarle y asegurarle que esta a salvo, y hacer sentirle que le quiero sin decir estas palabras que le dan tanto miedo.

Luego tuve algo menos de este nudo en el estómago, pero lloramos juntes probablemente media hora más. Probablemente, dormí después de las tres de la mañana, pero tampoco sin despertarme varias veces. Dormí algo, pero mucho no.

Ahora, cuando conecto con mi niñe interior, me quedo más tranquile, aunque también tengo que llorar a veces – o, ¿es mi niñe llorando? Esta mañana le vi con un vestido, y le vi sonriendo tímidamente. No me habla todavía, pero se permite mostrarse como quien es, como se siente. No quiero decir que se siente niña. Simplemente, era algo prohibido ponerse un vestido, y le hubiera gustado, creo.

No sé qué sueños tenía mi niñe interior. A donde se refugió mentalmente para escapar del miedo, del dolor. Sé que no le gustaron las cosas de chicos mucho – el deporte, los coches, los juegos corporales, competitivos, y violentos. No sé si le hubieran gustado las cosas de chicas – de una manera lo dudo. Vivía en su propio mundo. Tenía seguramente sus propios sueños. Sueños de un mundo con menos sufrimiento, menos abandono, menos soledad, más amor.

Y prometo a mi niñe interior que nunca le voy a abandonar, que nunca más tiene que sentirse sole, que le quiero y que le voy a cuidar y proteger. No me sale fácilmente cantar, pero me gustaría cantarle esta canción:

Organicemos nuestras vidas en torno al amor y el cuidado
Escribámonos cartas y llamémoslas oraciones
Congreguémonos en un lugar que no es ningún sitio
En el templo de los sueños rotos

Ezra Furman, sin título (vídeo)