Trauma complejo – el autocuidado como batalla política
“¿Qué hace que una chica inicie un fuego en el pasillo
¿Dejar un garabato de lápiz de labios en el espejo del baño?
(…)
¿Qué hace que un hombre tome un martillo en la mano
Destroza hasta el último ventanal de la tienda de la empresa
A las 3 de la mañana con las furias de vuelta?
Ahora es él contra ellos en una guerra personal”
Ezra Furman: Trauma (letra, vídeo)
Me siento así. Llene de furia. O, más bien, en un péndulo entre furia, depresión, y pensamientos suicidas. Ezra Furman dice sobre la canción: “Es una canción sobre la brutalidad de la gente que busca el poder, y el trauma que causa a casi todos les demás. Y creo que causa un verdadero trauma. Es traumatizante crecer en nuestro mundo.”
Y es como me siento ahora. Cómo no tuviera ya suficiente trauma. Pero ayer el médico (¿médico? ¿Sé puede llamar a una persona así médico?) de la mutua, con su crueldad, me empujó otra vez a sentirme suicida, desencadenó, otra vez, los recuerdos de abandono de mi infancia, toda la mierda de mi trauma complejo. Pienso en mi niñe interior, que solo encontré hace pocos días, y le veo sentado en el suelo en una esquina, las rodillas lo más cerca posible al cuerpo, con los brazos protegiéndose la cabeza y tapándose las orejas y ojos. Y me siento exactamente igual. ¿Cómo ahora puedo decir a mi niñe interior que no tiene que tener miedo, que le puedo cuidar, cuando yo estoy con mucho miedo, y ni sé como sostenerme si la Seguridad Social sigue la propuesta de la mutua? Tengo ganas de esconderme, como mi niñe interior, tengo ganas de ir a mi cama, taparme y llorar. Llorar, llorar y llorar.
“El autocuidado no es auto indulgencia, es auto preservación y un acto de batalla política”, dice Audre Lorde en el epilogo a su ensayo A Burst of Light (Un estallido de luz). Pero, ¿cómo cuidarme cuando ahora necesito canalizar a mi energía para mantener mi sustento, la incapacidad temporal? Solo pensar en volver a trabajar me hace sentirme suicida, y prefiero no pensar en esta opción. Mi primera batalla política ahora realmente no es el autocuidado, sino defender las condiciones económicas que me permiten el autocuidado.
Según un articulo sobre el proceso de la propuesta de alta de una mutua, “Si a la vista de datos médicos y/o revisiones realizadas considera que el trabajador debe de ser dado de alta, tendrá que iniciar el procedimiento comunicándoselo al trabajador afectado por escrito y al Instituto Nacional de la Seguridad Social – INSS-.
En este caso, la mutua tendrá que remitir a la inspección médica del servicio público de salud la propuesta de alta, a la que deberá de acompañar con los informes y pruebas que hubiera realizado, si es que existieran.
Por su parte, los facultativos del servicio público de salud tienen un plazo improrrogable de cinco días para resolver la propuesta de alta, ya sea confirmando la baja o realizando el alta médica correspondiente.
En el caso de que se confirme la baja, se consignará el diagnóstico, el tratamiento médico dispensado, las causas que justifican la discrepancia y se señalarán las atenciones y los controles médicos que se considere necesario realizar.”
¡Voy a luchar! No voy a rendirme, no voy a hacer a la mutua el favor de suicidarme. Quiero vivir. Quiero defenderme, quiero mantener a las condiciones que necesito para cuidarme, para atender a mi trauma. Estoy iniciando un tratamiento de EMDR, trabajando los bloqueos que me impidieron seguir el EMDR en una primera sesión, y realmente no necesito ahora tener que desviar mis pocas energías a esta lucha, pero la alternativa sería peor.
Pero, en este sistema nuestra salud mental no importa. Y vuelvo a mi furia, para evitar sentirme suicida, y pienso en esta canción del grupo de rock anarquista alemán Ton Steine Scherben:
“Trenes ruedan, dólares ruedan,
Máquinas funcionan, seres humanos curran
Construír fábricas, construir máquinas
construir motores, construir canones
Para quién?
Destruye lo que te destruye
Destruye lo que te destruye”
Ton Steine Scherben: Macht kaputt was Euch kaputt macht (1971)
Tengo ganas de destruir, destruir a este sistema de mierda, este sistema cisalosexualheteropatriarcal que nos enferma, nos traumatiza (como dice Ezra Furman), nos mata. Y, tenemos que destruir para poder construir. Destruir a las mutuas, destruir a las armas, a las fuerzas de represión del Estado, a todo su sistema de control que solo sirve para mantenernos en “nuestro sitio” (abajo) para que ellos (¡en masculino!) pueden seguir enriqueciéndose y destruyendo a nuestro planeta.
Vuelvo a lo mismo. ¡Luchare! ¡Luchare por mi! ¡Luchare por mi derecho a cuidarme, a cuidar a mi salud mental!
Pero necesito a vosotres, a mis amigues. Pienso otra vez en mi niñe interior, intentando esconderse y protegiéndose. Me siento igual, y siento el riesgo que dejo a sentiros, dejo a sentir que estáis, empiezo a sentirme abandonade, como se siento mi niñe interior. Yo no voy a abandonar otra vez a mi niñe interior, ahora, que le he encontrado. Y necesito sentir que vosotres estáis, que no me abandonáis.
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