Los primeros dibujos de mi niñe interior

Aviso de contenidos:
Este texto contiene imágenes y descripciones de abuso sexual, violencia, pensamientos de suicidio, entre otros.

Hace más o menos tres semanas comenté a mi psicóloga que siempre cuando conecto con mi niñe interior siento algo en mi estomago que no estoy capaz de identificar. Me recomendó “¿por qué no dejas dibujar a tu niñe?”. Fácil decirlo, pero al inicio me pareció muy difícil. Aunque he hecho mucho trabajo con mi niñe interior desde finales de febrero, como escribí hace un mes, hasta entonces todo mi trabajo con mi niñe interior de una manera había hecho en mi imaginación. Ahora, ¿como puede este niñe, que existe en mi imaginación, dibujar en el mundo real? Entendía claramente que no se trataba de imaginarme dibujos, sino de dibujar de verdad, a través de mi.

Rápidamente entendí que mi niñe tenia ganas de dibujar, de expresarse de esta manera. De hecho, empezó a poner sus ideas de dibujos en mi mente, y así sus dibujos ya empezaron a tomar vida y a removerme y desestabilizarme. Aunque todavía mi niñe no dibujaba, sus ideas de dibujos ya me impactaron y me removieron. Entonces, fui a un bazar y me compré lapices de colores y un cuaderno formato A4 para dibujar. Un día fui a un parque y me llevé los lapices y el cuaderno, y dije a mi niñe que dibuje algo que desea. Yo pensaba en algo positivo, algo bonito, pero el deseo de mi niñe era otra cosa.

De una manera no me sorprendió su deseo: liberarse de su sufrimiento, y la bicicleta como símbolo de su libertad (hasta hoy en día mi bicicleta para mi significa libertad). El texto debajo de la bici dice “por fin libre”, y el texto enzima de la casa en llamas, con mi madre y padre dentro, dice “disfrutad quemaros”. Entiendo perfectamente la rabia de mi niñe, sus necesidad de escapar de esta casa. Y me recuerdo de cuantas veces deseaba la muerte de mi madre (en mis recuerdos no hay nada de mi padre – como no existía), cuantas veces me imaginaba a mi madre muerta. Entonces, no sorprende este deseo de mi niñe.

Este mismo día, ya de vuelta en casa, permití a mi niñe otro dibujo.

Una imagen de su rabia y de su deseo de acabar con el abuso sexual por parte de mi padre. No es el mejor dibujo de mi padre, creo, pero lo importante son las tijeras y el pene cortado en el suelo. Y las palabras “nunca más”.

Para mi no fue fácil sostener esta rabia de mi niñe. También, sus dibujos me conectaron con mis recuerdos o imágenes del abuso, del abandono y de la negligencia emocional que vivía en casa de mis padres. Todo este proceso de los dibujos de mi niñe me removió muchísimo y me desestabilizó. Y, mientras mi niñe empezaba a expresar su rabia, yo me quedé atrabade en el dolor y la tristeza, y no conseguí permitirme la rabia.

El día siguiente mi niñe dibujó el abuso de mi madre en la ducha, y lo que le hubiera gustado hacer en estos momentos (pero que nunca hizo).

Y le salieron más dibujos de su rabia, como dos días más tarde esto:

En este dibujo se ve a mi hermano en su cama en la habitación que compartimos con un cuchillo en la espalda, y mis padres en su dormitorio, ambes con un cuchillo en la espalda, y mi niñe interior sonriendo bajando la escalera para irse de la casa. Rabia. Muchísima rabia, y mucho odio, y al mismo tiempo el deseo de acabar con su sufrimiento, de acabar con el abuso sexual.

Animales

Llegaba el momento cuando para mi todo esto llegó a ser demasiado duro. Entonces, intenté llegar a acuerdos con mi niñe interior. Para mi era importante permitirle dibujar lo que le sale, permitirle expresarse. Pero, al mismo tiempo necesitaba cuidar a mi misme y poner limites. Entonces, al primero le pide que alternamos: un dibujo de lo que le sale, y para el otro dibujo yo le pido algo a dibujar. Empezamos con su animal preferido:

Creo que le salió un elefante como es un animal grande, aparentemente poco vulnerable. O, al menos en la imaginación de mi niñe. Le hubiera gustado ser un elefante, para que nadie podía haberle hecho daño, nadie podía haberle abusado sexualmente.

El siguiente animal que le salió es una ballena azul:

Es todavía más grande, y aparentemente todavía menos vulnerable. Y, de hecho, me recuerdo de mi fascinación con todo tipo de ballenas grandes en mi infancia (a partir de los 10 o 11 años, cuando tengo recuerdos).

Abuso sexual

Entre los dibujos que le salieron a mi niñe interior hay – hasta ahora – dos dibujos de su abuso sexual:

El primero es del abuso por parte de mi abuelo paterno. Realmente, solo en las últimas semanas he añadido a mi abuelo paterno a la lista de mis abusadores, en otro proceso doloroso, aunque, por suerte, sin pasar por semanas de incertidumbre y de imágenes intrusivas. Era más un mi niñe llorando y contándome “hay una cosa que todavía no te he contado…”. Y salió la historia del abuso por parte de mi abuelo paterno, como luego mi niñe expresó en este dibujo.

El otro dibujo es sobre el abuso por parte de mi padre:

No hace falta decir mucho. El dibujo habla por si mismo.

Identidad de género

Es curioso, pero en todos los dibujos, salvo en los dibujos del abuso sexual, mi niñe interior lleva un vestido rojo. Este vestido rojo con el que siempre veo a mi niñe cuando conecto con elle. En un primer dibujo expresa claramente su deseo por el vestido, y su rechazo de la ropa de niño:

Los pantalones al lado, con unas tijeras para cortarlos, y mi niñe feliz con su vestido rojo…

En un segundo dibujo, dibujado hoy, podemos ver como se imagina pintarse los labios:

Tiene sus uñas ya pintadas, y lleva su vestido rojo.

Yo no tengo ningunas recuerdos de todo esto. Todo el tema de la identidad de género desde mi infancia solo ha salido a través del trabajo con mi niñe interior.

Los miedos de mi niñe

Hay una serie de dibujos que más bien expresan sus miedos y también sus deseos. Y, siento, con estoy llegando a lo que siento en mi estomago cuando conecto con mi niñe. Estos dibujos también interpreto como mensajes más o menos sutiles a mi.

El primero de estos dibujos fue esto:

Mi niñe triste, llorando y tapándose los ojos con los manos sentade al lado de un árbol, de en una rama del árbol hay una horca. Tuve que llorar mucho con este dibujo. Lo interpreto como una expresión de su miedo a perderme, y que no podría con esto y prefería suicidarse. Me conectó también con toda mi historia de soledad y abandono emocional en mi infancia. Y entiendo bien este miedo de mi niñe.

Es un miedo que viene porque estoy empezando a hacer más cosas: hice hace poco un curso online sobre queering identidades: LGBTIQA+ sexualidades e identidades. También hago algo de activismo queer, y estoy pensando en que quiero trabajar cuando por fin la Seguridad Social me da de alta, aunque, espero, que esto todavía tarda unos meses más, como no me siento nada liste para cualquier tipo de trabajo. Pero, pasará en su momento. Y, mi niñe tiene miedo que con todo esto le podría abandonar…

Otro día le pide dibujar algo bonito, por ejemplo un lago, y, creo que, es bastante obvio el mensaje a mi en este dibujo:

Mi niñe jugando con una pelota conmigo en un lago… no hace falta comentar más.

Y, hace dos días, sin que le había pedido nada, le salió esto:

Me hizo llorar, y mucho. De una manera es bonito, por el amor que expresa este dibujo. Pero también me conectó con la ausencia de amor en mi vida en la infancia, en la vida de mi niñe. Y tuve que llorar mucho.

 

Creo que con estos dibujos estamos en un nuevo camino, mi niñe y yo. Me alegra que mi niñe tiene ahora esta manera de expresarse, y me ayuda mi a entender mejor a mi niñe, a sus necesidades. Ahora estamos trabajando sobre su miedo a que le podría abandonar, y le dije que yo también tengo miedo a perderle otra vez. Poco a poco mi niñe empieza a creerme que no le va a abandonar, aunque volveré a una vida más “normal” (odio esta palabra y este concepto), o, mejor dicho, que mi yo adulto necesita más espacio y más tiempo para atender a cosas de adultes: trabajo, activismo, … Siento que con su cabeza ha empezado a creerme, a confiar en mi, pero todavía existe esta desconexión entre su cabeza y sus emociones – algo que conozco muy bien.

Entiendo los dibujos de mi niñe como un regalo. Es otro paso en su sanación, y otra manera de comunicarse conmigo y de expresarse. Tengo envidia también. Mi niñe ha encontrado su manera de expresar su rabia, mientras yo me quedo atrapade en el dolor y la tristeza...