COVID – trauma – depresión

Desde ya un mes he vuelto a conectar con mis traumas – en plural. Me ha surgido un trauma hasta entonces desconocido, un trauma de mi última relación afectiva sexual hace 13/14 años, que me ha conectado con el trauma de un posible abuso sexual en mi infancia, y también en lo general con mi trauma complejo. Todos estos traumas son interrelacionados. Creo que estoy tomando conciencia de estos traumas, de la relación entre mis traumas, y, creo que, estoy dando pasos para gestionar sobre todo las partes todavía no gestionadas: el trauma de mi última relación y el tema de un posible abuso sexual.

Pero, más allá, me estoy dando cuenta que hay otro tema: una depresión que llevo conmigo desde la pandemia de la COVID-19, desde la primavera del año pasado.

Al inicio la pandemia me conectó con mi trauma complejo, y me permitió, hasta cierto punto, al primero identificar mi trauma como trauma complejo, y empezar a trabajar muchos aspectos de este trauma. Creo que a finales del año pasado había trabajado bastante aspectos de este trauma complejo, como resumí en este texto, y empezaba a sentirme mejor. Pero se quedaba aparcado el tema de la perdida de un sentido en mi vida, se quedaba aparcado el tema de la falta de oportunidades para una militancia radical y potente, un poco pensando en retomar la militancia “después” de la pandemia.

En la primavera de este año me sentí bastante bien respeto a mi vida privada, y en verano y al inicio del otoño estuve plenamente feliz – aparentemente. Al fondo siempre se quedaba la falta de algo que daba un sentido a mi vida. Solo la vida privada no me llena, solo la vida privada realmente no me hace feliz. Y, esta falta empezaba a causarme problemas en mi vida privada. Como no tenia nada que me daba ilusión, como no tenia nada que me interesaba, con que ocuparme cuando me quedaba sole en casa, necesitaba encontrarme con amigues casi cada tarde, algo que era imposible. Pero sole en casa no solo no tenia nada que hacer y me aburría, además conectaba con la sensación de soledad y abandono de mi infancia, del trauma complejo. Mi estrategia de ampliar a mi red afectiva solo funcionaba hasta cierto punto – imposible quedarse con alguien cada día.

Al fondo siempre estaba la depresión (la llamo así ahora, y esto también ayuda nombrar claramente lo que me pasa), y cuando otras cosas, tanto privadas como de trauma, se sumaron, me fui rápidamente muy hacía abajo. Ahora siento que me estoy estabilizando a un bajo nivel. He pasado un duelo sano por algún asunto privado – por primera vez en mi vida. Y estoy empezando a gestionar mis traumas. Pero, se queda la depresión, la perdida de algo que da sentido a mi vida.

Esta bien hablar de cosas que podría hacer por el simple placer de hacerlas: un copa de un buen vino, tomarme un baño largo, un paseo… Pero esto no me sirve, no me da lo que siento que necesito: algo que da sentido a mi vida, algo que me da ilusión. Entiendo todos estos consejos de intentar ver las cosas bonitas en mi vida, y, en la realidad, me he hecho una lista. Pero, tampoco me sirve.

Hace unas semanas encontré un articulo Cómo estar triste (en inglés), y me sentía muy identificade con el texto:

Hay una gran cantidad de información sobre la felicidad.

Mi búsqueda bibliográfica sobre este tema arrojó más de 13.000 artículos de investigación académica y más de mil libros. Los consejos sobre cómo ser feliz inundan a diario Internet con listas simplistas y artículos de reclamo que hacen que todo parezca muy fácil.

Pero sus consejos, como decir a una persona triste que piense en todas las razones por las que no debería estar triste, o a una persona deprimida que se levante y haga ejercicio, no funcionan. Pensar en las cosas buenas de la vida a veces puede mejorar los sentimientos de tristeza, pero, por lo general, intentar aferrarse a la felicidad cuando se está deprimido conduce al fracaso. Y aunque las investigaciones sobre el efecto positivo del ejercicio en la depresión son sólidas y persuasivas, las personas deprimidas carecen del impulso necesario para hacer ejercicio: eso es lo que significa la depresión.

Estas sugerencias, aunque bienintencionadas, equivalen a decir a las personas deprimidas que se animen o que es su culpa. Esto avergüenza a la persona deprimida y empeora la situación.

(…)

Cuando la tristeza se convierte en depresión grave, el pensamiento positivo (y los enfoques relacionados, como el coaching personal) son como poner una tirita en una herida sangrante. Enfrentarse a nuestro dolor, aprender a soportar nuestro sufrimiento y, a continuación, realizar el profundo trabajo interior de comprender nuestro papel en nuestros problemas es una salida.

Añadiría algo más: también es importante identificar las partes que son fuera de nuestro control, como la pandemia de la COVID, pero también más en general un capitalismo colonial y cisalosexualheteropatriarcal que esta llevando a cabo una guerra permanente contra la vida y esta a punto de lograr la destrucción definitiva de las bases de la vida humana en este planeta. Vivimos en un mundo que nos hace enferme, vivimos en un mundo que nos traumatiza, y, desafortunadamente, tenemos que aprender vivir con esto. Podemos trabajar para la revolución cuando nos vemos con fuerza (muy necesario), pero también hay tiempos cuando nuestra batalla política es el auto-cuidado, en palabras de Audre Lorde. Y yo, ahora, estoy en estos tiempos. Yo, ahora, estoy en una depresión, y estoy harte de consejos de pensar en lo positivo. No puedo.