Desobediencia civil para personas trans*

«Son numerosos los casos denunciados en los que los abusos verbales se han convertido en violencia física, con agentes de policía que tocan, golpean y utilizan medidas coercitivas de contención contra personas LGBTQ+ (…..). El uso excesivo de la violencia verbal y física suele producirse cuando se criminaliza a las personas queer, y mientras algunas prácticas se llevan a cabo con la intención de humillar y herir, otras coinciden con el acoso sexual.»

Rachele Girardi (2021) ‘It’s easy to mistrust police when they keep on killing us’: A queer exploration of police violence and LGBTQ+ Victimization, Journal of Gender Studies, DOI: 10.1080/09589236.2021.1979481

Desde que escribí sobre ser nobinarie en una acción de desobediencia civil en mayo de 2021, el colectivo Trans.Action elaboró una guía para personas trans*, intersexuales, nobinarias y agénero (TINA) que estén considerando participar en una acción de desobediencia civil. De hecho, la guía, disponible en línea aquí, contiene muchos puntos relevantes para cualquier tipo de acción que pueda llevarnos, como personas TINA, a situaciones de confrontación con la policía. Las personas TINA tenemos necesidades, preocupaciones y vulnerabilidades específicas que requieren una consideración específica. Por lo tanto, hay varios aspectos importantes a considerar antes de una acción. Es recomendable plantearse (y plantear a les demás) algunas preguntas de reflexión antes de participar en acciones de desobediencia civil u otras protestas. Por favor, ten en cuenta que cada individuo tendrá necesidades y preocupaciones específicas en relación con sus experiencias interseccionales vividas de raza, clase, género, (dis-)capacidad, y muchas más.

 

  • 28/05/2021 - 23:00

    Hace una semana participé en una acción de desobediencia civil por la justicia climática en Lisboa. No ha sido mi primera acción de desobediencia civil, y tampoco será la última. No obstante, en esta acción me he dado cuenta que para mi ya no es lo mismo.

    A mi me han detenido varias veces en varios países a lo largo de mi vida activista. Mi primera detención fue en 1986 en Alemania, en una acción contra una fabrica de procesamiento de residuos nucleares. La última probablemente hace unos años en Inglaterra o Bélgica. Entonces, conozco más o menos bien el proceso de una detención en varios países. Aunque es cierto que no es algo agradable, he aprendido gestionar el miedo que siempre acompaña a estas situaciones. O, lo pensaba, hasta el sábado pasado.