Trauma y miedo
En las últimas semanas muchas veces he sentido mucho miedo. Miedo en mi estómago. En el peor caso como un nudo tan gordo en mi estómago que casi me causó dolor, en otros casos más como una contracción del estómago.
El miedo es lo difícil de gestionar, al menos para mi. He tenido estos flashbacks puramente emocionales y sin darme cuenta, y lo difícil es darme cuenta que el miedo que siento en esta situación corresponde a un flashback, y no a la actualidad.
Hace dos semanas escribí sobre los flashbacks:
“Estos malditos flashbacks puramente emocionales, sin recuerdo alguno en la mente, y a veces (muchas veces) tardo bastante tiempo hasta darme cuenta de que estoy teniendo un flashback.
Tuve un flashback bastante brutal desde al menos el lunes al mediodía hasta el martes por la tarde. Estuve casi puro miedo, un miedo inexplicable por mi situación actual o algunas cosas que están pasando a mi alrededor. Un flashback emocional. Un miedo de mi pasado, de mi infancia o adolescencia.”
Lo difícil es que en una situación de un flashback y cuando no me doy cuenta del flashback mi mente intenta explicarse el miedo desde la situación actual, y algo poco peligroso se convierte en una amenaza a mi vida. Cuando en una situación así actúa con gente, es actuación se basa en un miedo completamente desproporcionado, que puede causar problemas en relaciones o intensificar un conflicto hasta entonces poco relevante.
Por suerte, en las últimas dos semanas no he tenido tantos flashbacks sin darme cuenta. Lo más habitual – y esto sí me pasa casi cada día y casi cada noche, son flashbacks breves llenos de miedo, pero mi mente de una manera sabe que el miedo no corresponde a la actualidad, es decir, mi mente es consciente de que se trata de un flashback. No obstante, siento el miedo, lo siento en mi estómago, o hasta en todo mi cuerpo. Especialmente durante la noche necesito abrir mis ojos para asegurarme donde estoy, que estoy en un espacio seguro (e.g. en mi cama, o, como estoy de viaje, en la cama en casa de una amiga), para tranquilizarme algo más.
En el primer ejemplo de un flashback emocional sin darme cuenta, lo más difícil es darme cuenta, decirme que estoy teniendo un flashback. Conseguido esto puedo pasar a aplicar los 13 pasos para manejar los flashbacks de Pete Walker. En el segundo caso, este paso ya esta hecho, y puedo pasar a decirme que estoy en un espacio seguro, que nadie puede hacerme daño, etc. Recientemente, en estos flashbacks que duran quizás 15-30 minutos, normalmente no pienso nada. Mi mente se queda en vacío. Más allá de que tengo consciencia de que se trata de un flashback, de un miedo de mi pasado, no pienso en nada. Mi mente no consigue identificar de donde viene este miedo. Pero tampoco hace falta tranquilizar a mi critico interno, como tampoco dice nada. Lo que hago en estas situaciones es al primer muchas veces llorar, como inicialmente el miedo me sorprende, me sobrepasa. Luego intento respirar, tomar consciencia de mi respiración y respirar más profundamente (la respiración suele ser muy superficial en estos momentos). También acepto el miedo y lo siento con la consciencia de que va a pasar. Y lo hace. Pasa. No es tan sencillo, obviamente. Muchas veces caigo varias veces, el miedo vuelve a sobrepasarme, vuelvo a llorar, me centro otra vez en la respiración, me tranquilizo, y caigo otra vez. Pero sé que esto es parte del proceso, y que el miedo pasa. Y, creo que es importante aceptar el miedo, sentirlo, y dejarlo pasar. Mi cuerpo ha guardado tanto el miedo de mi pasado – de mi infancia y adolescencia – como el dolor, y ambos tienen que salir. Ahora parece que me toca más el miedo.
Pero también hay otros miedos, todavía más difíciles. Como el miedo que sentía respeto al tema de un posible abuso sexual, un miedo al mismo de saber y de la incertidumbre. Un miedo similar sentí hace pocos días respeto a mi padre, cuando escribí: “Me quedo con el miedo en mi estómago, y sobre todo con la rabia. Siento que aquí estoy descubriendo algo en la caja de pandora de mi trauma, pero no sé que es y a donde me llevará. Sé que es doloroso, sé que me da miedo, sé que me causa mucha rabia…”.
No sé si es realmente un miedo de saber más, o quizás un miedo a que no podría estar capaz de soportar lo que podría descubrir. No es tanto un miedo de mi pasado, aunque es relacionado con mi pasado, por que lo que voy a descubrir va a ser de mi pasado. Pero el miedo es más relacionado con el presente, con el dolor que me podría causar este descubrimiento.
De una manera me digo que sea lo que sea, lo he sobrevivido, y que aquí y ahora estoy segure y tengo muches amigues que me quieren y me apoyan. A veces funciona, a veces el miedo es tanto que lo sé con la cabeza, pero no consigo sentirlo. Y estos son los miedos realmente más difíciles, casi insoportables.
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