Sin titulo (Coronavirus 2)

Sigo con mis altibajos, aunque hoy me he sentido un poco mejor. Pero ¿alto? Lejos de esto. Tengo mis bajos y mediobajos, pero nada de altos. Al menos hoy no he sentido la necesidad de sentarme al río y llorar. Y he sido capaz de concentrarme lo suficiente para leer algunos capítulos de una novela queer. Alto solo en comparación con el bajo. Y encontrar a una compañera en la calle y no poder abrazarnos me causó otro bajón, de hecho, recordándome de esto de vuelta en casa estuve a borde de llorar. Nada de alto. Aunque emocionalmente mejor, he pasado la gran mayoría del día en mi habitación haciendo poco mas que escuchar musica.

Me siento impotente ante la situación. Y no hablo del Corona, que me da bastante igual. Si me toca me toca, pero no me da miedo. No entiendo el estado de pánico generalizado. No lo comparto. Es como viviera en un mundo paralelo. Con esto no quiero decir que no existe una crisis de salud publica. Que no hay que tomar medidas. Aunque no sigo a las normas del Decreto de Estado de Alarma, tampoco me salto de todo. Con una compañera de piso con síntomas si respeto el distanciamiento social por responsabilidad propia. Pero salir sole, sentarse al río sole, ¿donde esta el riesgo para quien?

Me siento impotente ante el pánico generalizado. Mas que 100.000 denuncias en 9 días. Militarización. El Estado represor. Y nadie lo cuestiona. Lenguaje de guerra. Una guerra contra un virus (patético!). O te quedas en casa como decreta la ley, o eres aliado del virus. La construcción del enemigo. La gente abusa desde sus balcones a personas que salen a la calle con permiso. Me da miedo, y me siento impotente.

Vuelvo a mi adolescencia. La impotencia ante mi situación de entonces, vivir en una familia toxica, ya bastante traumatizada de mi infancia en la misma familia. Una familia que no me entendía, ni lo intentaba. Estaba atrapada en esta familia, en este lugar. Impotente. Mi escape eran mis sueños. Mis libros. La visión de una vida mejor. La musica. Ante la tortura de mi vida en la realidad me construía mi propio mundo paralelo, mi mundo mejor.

Ahora estoy intentando lo mismo (no conscientemente). Con la impotencia ante la situación actual de un pánico generalizado intento huir de nuevo fuera de la realidad. En la musica. En los libros. Pero lo que me funcionaba en mi adolescencia ya no me funciona. Antes estaba completamente desconectade de mis emociones. No sentía la mierda de mi realidad. Dejaba el sufrir para mas tarde (mucho mas tarde – la reconexión con mis emociones ha sido muy dolorosa). Y escapaba en mi mundo paralelo. Ahora ya no me funciona. Las emociones están aquí. Y no me permiten escapar. Me mantienen en la realidad, sintiéndome impotente, desesperade, desempoderade.

Todo esto me pasa en tiempos cruciales. Tiempos cruciales en una lucha entre la vida y la destrucción de nuestro planeta por un sistema de un capitalismo productivista y cisheteropatriarcal. Avanzamos antes de este pánico generalizado. Pero, ¿ahora qué? Esta crisis esta deshaciendo nuestros avances, y con esto la poca probabilidad de que la vida ganaría. Me da miedo. Me vuelve con fuerza la ansiedad climática. Con mucha fuerza.

Me dicen que debería centrarme en el hoy, y no en el mañana. ¡Mierda! En este estado de pánico generalizado ya no puedo hacer hoy lo que podría posibilitar que hay una mañana que merece la pena de ser vivida (no solo yo, nosotres). Y se acaba el tiempo. Estamos en camino a mas que 3°C, que probablemente sobrepasaría varios puntos de inflexión y desencadenaría un calentamiento global aun mucho mayor: 4°C, 5°C … Mientras tanto: pánico generalizado por un puto virus que probablemente va a matar a mucho menos personas que la malaria cada año. Pero el virus esta matando (también) a personas blancas, no (mayoritariamente) en África, o India.

Me da miedo. Me da miedo observando lo que la gente (hasta la izquierda supuestamente radical) esta dispuesta a aceptar sin critica cuando se meta el miedo en la gente: el ejercito en las calles, 100.000 denuncias (multas) por desobedecer al Estado de Alarma, nosotres, les “infractores” como nuevos enemigos. ¿Donde esta el pensamiento critico?

Me da miedo, pensando en el colapso de esta civilización industrial que viene si o si. Miedo a un ecofascismo, a respuestas autoritarias, racistas. Ya la Unión Europea ha cerrado su fronteras ante un virus. Les inmigrantes desesperades no interesan a nadie. Mejor se mueren en el intento de llegar a nuestra Fortaleza Europa, y si no, en los campos de refugiades.

Me da miedo, y me siento impotente. Desesperación. Ya no tengo esperanza.

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