Justicia de género – más allá de la “igualdad”

Desde el feminismo institucional, al menos en el Estado español, se sigue hablando principalmente de la igualdad de género, entendida como igualdad entre hombres y mujeres. No obstante, hay problemas inherentes en el concepto de igualdad de género, además de problemas con la reducción a dos géneros que coinciden con dos sexos.

Desde los movimientos feministas, especialmente del Sur Global o del feminismo interseccional, se plantea el concepto de la justicia de género, que va más allá de la igualdad e intenta incluir lo que se queda fuera de la igualdad.

La igualdad de género se refiere a que todas las personas, independientemente de su género, deben tener los mismos derechos, oportunidades y trato. Es el principio de que las mujeres y los hombres deben ser tratados de la misma manera y tener acceso igualitario a recursos, oportunidades y beneficios en la sociedad. Lo que se queda fuera son las diferencias estructurales, o, en palabras de Johan Galtung, las violencias directas, estructurales y culturales en nuestra sociedad cisheteropatriarcal, que significan que muchas personas no hombres (mujeres cis y trans, personas nobinarias o no conformes con el género, identidades de género ancestrales) no tienen acceso a esos recursos, oportunidades o beneficios, aunque no existen (en la teoría) obstáculos legales (que no es el caso para personas migrantes en situación administrativa irregular).

La bien conocida ilustración de Angus Maguire demuestra la diferencia. A primera vista, la ilustración Equidad/Igualdad de Maguire presenta una poderosa yuxtaposición de tres individuos (desafortunadamente, les tres con una expresión de género más masculina) de diferentes alturas de pie sobre cajas, cada uno de ellos esforzándose por ver un partido de béisbol por encima de una valla. Las tres cajas simbolizan los conceptos de equidad e igualdad, mientras que los individuos representan diversos grupos de la sociedad. La valla representa las barreras y obstáculos que impiden a los individuos participar plenamente y beneficiarse de los recursos de la sociedad.


Interaction Institute for Social Change | Artist: Angus Maguire. Center for Story Based Strategy: The 4th Box

A la izquierda de la ilustración, el tamaño de la caja representa el principio de igualdad. «Los tres recibís la misma caja y, por tanto, sois iguales». Dar una caja de idéntico tamaño sugiere que todos reciben los mismos recursos u oportunidades.

Sin embargo, la valla sigue siendo un obstáculo importante para el individuo más bajo, cuya vista sigue obstruida a pesar de la caja (o «igualdad de oportunidades»). Esto pone de relieve las limitaciones inherentes a una distribución puramente igualitaria, ya que no aborda las disparidades subyacentes ni las necesidades únicas de los individuos o las comunidades.

En cambio, el centro de la ilustración representa la equidad. En este caso, las cajas se ajustan a las distintas alturas de las personas. Al proporcionar un apoyo adaptado a sus necesidades específicas, la ilustración demuestra cómo el concepto de equidad permite a cada persona superar la barrera y disfrutar de una visión sin obstáculos del juego.

Este concepto de equidad reconoce y aborda activamente las desigualdades sistémicas, garantizando que todas las personas tengan igual acceso a las oportunidades, los recursos y el apoyo.

A la derecha de la ilustración, la valla se elimina por completo, lo que permite a todes disfrutar del juego sin barreras. Esta poderosa imagen subraya la importancia de desmantelar las barreras estructurales y sociales que afectan desproporcionadamente a las comunidades marginadas.

(adaptado de: Hrezek, Dissecting the famous equity/equality illustration by Angus Maguire, 14 de junio de 2023)

 

Incluso la equidad de género no cambia el marco cisheteropatriarcal. A proveer las cajas necesarias para poder mirar por encima de la valla, la valle sigue existiendo, el marco sigue siendo el mismo. En el contexto de género, esto significa que en una sociedad patriarcal personas no hombres pueden tener “éxito” si se adaptan al marco masculino y patriarcal. Margaret Thatcher como Primera Ministra del Reino Unido, Ursula von der Leyen como presidenta de la Comisión Europea, Kristalina Georgieva como Directora gerente del Fondo Monetario Internacional o Christine Lagarde como presidenta del Banco Central Europeo llegaron a sus posiciones no por haber hecho una política (económica) feminista, poniendo a los cuidados en el centro, sino por moverse bien en una mundo patriarcal y jugar bien el juego de poder, dominación y exclusión. La igualdad y la equidad no cambian la base sobre la que nuestra sociedad cisheteropatriarcal, colonial, capacitista y capitalista esta construida.

El concepto de la justicia de género se basa en la liberación: aborda a las desigualdades sistémicas y tiene como objetivo desmantelar las barreras estructurales y sociales – las violencias estructurales y culturales, en palabras de Galtung. Se interesa menos en debates sobre “techos de cristal”, para que mujeres privilegiadas pueden acceder a puestos de poder (y violencia estructural), sino más en los “sueldos suelo” de mujeres y otras identidades de género marginadas – racializadas, discas, o con otras interseccionalidades.

Según la ONG ecologista Amigos de la Tierra Internacional, “La justicia de género se refiere a un mundo en el que todas/os gozan de autonomía, libertad e igualdad, y pueden compartir equitativamente la distribución del poder, los conocimientos y los recursos. Lograr esto significa reconocer la historia de injusticia, opresión y avasallamiento que enfrentan las mujeres como grupo social.

El propósito de las acciones en pos de la justicia de género es apoyar la autonomía y toma de decisiones colectivas de las mujeres con respecto a sus vidas, cuerpos y trabajo, y promover activamente la justicia en todas sus dimensiones. La justicia de género también incluye acciones de apoyo a las luchas y reivindicaciones de todas las identidades de género, incluidas las personas transgénero.

Cuando reflexionamos sobre cómo hacer la transición hacia una sociedad con relaciones de igualdad entre las personas, identificamos que las acciones y actividades concretas que promueven la justicia de género son fundamentales para este proceso.

La justicia de género entiendo que el colectivo de mujeres no es un colectivo homogéneo. Hay muchas diferencias entre una mujer blanca con estudios y un puesto de trabajo cómodo y bien remunerado y una mujer migrante en situación administrativa irregular con dos niñes que tiene que buscarse la vida al margen del mercado laboral oficial o una mujer trans.

La justicia de género entiende que la opresión patriarcal de las mujeres y de otras identidades de género (trans, queer, no-binarie) o sexualidades no normativas es estrechamente entrelazada con otras opresiones: el capitalismo y la opresión de clase, el racismo, el neocolonialismo, la heteronormatividad o el capacitismo, entre otras. Por lo tanto, la justicia de género no busca la igualdad o equidad dentro del sistema capitalista cisheterosexual, sino busca transformar el sistema, “desmantelar” el patriarcado y construir un mundo más justo.

Si entendemos el sistema (binario) de género con Alex Iantaffi como un trauma colectivo y histórico que afecta a todas las identidades de género (hombres, mujeres, personas trans), aunque no de la misma manera, tenemos que pensar también en la reparación y en sanar el trauma colectivo y social.

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