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La Unidad para la Desatención a Personas Transgénero
Como escribí hace unas semanas en mi blog, estoy planteándome el tratamiento hormonal para desmasculinizar mi cuerpo. Mi objetivo no es cambiar mi sexo a mujer, o pasar como mujer, sino un cuerpo menos masculino, quizás mas andrógino, quizás mas raro.
Como se considera Andalucía como una de las Comunidades Autónomas mas avanzadas en temas trans (lo dudo), al primero pide una cita en mi Centro de Salud. La tuve el 15 de mayo, y al decir a la médica que me considero transgénero y que me estoy planteando el tratamiento hormonal obviamente no supo que hacer conmigo. Entonces me pasó directamente a la Unidad para la Atención a Personas Transexuales en el Hospital Virgen del Rocío. Tampoco supo exactamente como transferirme a esa Unidad, y las personas de la recepción tampoco lo supieron. Fue muy obvio la falta absoluto de una formación o sensibilización básica en temas trans, tanto transexual como transgénero.
Desde la recepción tuvieron que llamar a la médica para rectificar algo en los papeles, y la persona dijo (con mi en distancia de oír todo) “tengo un chico aquí...”. Mierda. Lo mas básico en temas trans es no asignar a una persona un género equivocado… Pudiera haber dicho “tengo una persona aquí...”.
Entonces, salí con una cita para el 4 de junio en la Unidad para la Atención a Personas Transexuales. El nombre de la unidad ya me causó dudas y señala que tiene un ámbito muy limitado. Pero es lo único que hay en Sevilla dentro de la Salud Publica.
Entonces, el 4 de junio a las 18:00horas me presente en esa Unidad. Es un espacio bastante desagradable, probablemente como la mayoría de los hospitales publicas. Un sala con sillas de plástico, y te llaman a través de una megafonía de la que difícilmente se puede entender que dicen. Después de un rato al primero me llamaron a pasar por recepción, donde una persona que leí como hombre me recojo sin explicarme nada y me llevó a otra sala donde tomaron mi peso y la presión de sangre – sin explicaciones – y luego me dijeron que tengo que volver a la sala de espera.
Después de otro rato de espera me llamaron de nuevo, esta vez a una consulta. Me esperaron dos personas, una que leí como hombre y otra que leí como mujer. No se presentaron. Me preguntaron que quiero, y respondí que soy una persona transgénero, no-binaria, y que me estoy planteando el tratamiento hormonal para desmasculinizar mi cuerpo. Fue muy evidente que no es habitual que una persona dice eso. Me preguntaron que parte de mi cuerpo no me gusta, y respondí que ninguna parte en especifico, solamente que me gustaría “androginizar” mi cuerpo un poco.
Entonces la persona que lei como hombre (claramente la persona encargada de la conversación) empezó a hablar, y a exponer todos los riesgos de un tratamiento hormonal sobre todo en personas de mi edad. Habló de los antiandrógenos (de los que realmente pienso que no los quiero ni necesito) y de los estrógenos, y que a mi edad ya se notaria poco efecto. Pero además de los riesgos, no hablo de ninguno de los efectos mas o menos deseados de los dos clases de medicamentos.
Luego me preguntaron sobre mi pasado, y explique un poco mi lucha con/en contra de mi masculinidad, y que nunca me he sentido comode con ninguna de las masculinidades, pero que tampoco me siento mujer, y que no tengo ningún deseo de pasar a mujer o como mujer. Me preguntaron también si quiero una intervención quirúrgica, y dije que no, que no quiero cambiar a mujer y que no hace falta esto. Y me preguntaron si quiero cambiar mi nombre, y dije que no, pero si me gustaría que me cambien mi sexo en su base de datos a “indeterminado”, ni hombre, ni mujer. En este momento me explicaron que este depende de Madrid, y que no es posible el cambio de sexo a indeterminado como esto no existe en el Estado español.
Les explique que en mi pasaporte alemán si tengo un sexo indeterminado, y que estoy en el proceso de un recurso en contra de la Extranjeria por su rechazo a inscribirme en el Registro de Ciudadanos de la Unión Europa con el sexo según mi pasaporte.
En toda la conversación realmente lo que intentaron fue disuadirme del tratamiento hormonal, y al mismo tiempo no supieron realmente que hacer con esta persona no-binaria. La persona que leí como mujer preguntó que poner como “juicio clínico”, y la otra persona respondió “sexo no-binario”.
Al final insistí en pasar al siguiente paso, y me daban unos papeles que explican los riesgos y que tengo que firmar. Pusieron también que no quiero tomar antiandrógenos. Y me daban una cita para un análisis profundo para el 22 de octubre de 2018 – en mas que cuatro meses!
En conclusión, no me sentí atendide. No me sentí entendide. Fue obvio que no tienen ni idea de la multitud de identidades nobinarias que existen, y que tienen una perspectiva binaria y existencialista de la transexualidad. El nombre de la unidad – Unidad de Atención a Personas Transexuales – no es casualidad, sino programa.
Luego une amigue mie me comentó que hay que mentir y presentarse como persona transexual en su sentido si quieres obtener las hormonas, y que es por eso que dentro de los 400-500 personas a las que atienden no hay personas nobinarias. Pero no quiero mentir. No quiero presentarme de otra manera para que encajo en su sistema binario y existencialista.
Por el momento voy a seguir con esa Unidad de Desatención a Personas Transgénero, y ver que pasa en octubre. Quizás seria interesante ofrecerles una formación en temas transgénero e identidades no-binarias. Si Andalucía realmente quiere liderar en temas trans e identidad de género, esto hace falta urgentemente.
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