Vestuarios o supervivencia no binaria

Un día de semana cualquiera. Voy a la piscina y a la sauna, y llevo la parte de abajo del bikini ya puesta, para facilitarme el cambio en el vestuario.

Al salir del sauna, saco mi braga y el champú de mi taquilla y voy a la ducha. Me ducho y me cambio la parte de abajo allí mismo. Me pongo la toalla y vuelvo a mi taquilla para terminar de vestirme.

 

Hay todo tipo de mujeres, todo tipo de cuerpos de mujeres, y todo tipo de maneras de cambiarse. Algunas caminan desnudas por el vestuario, van a la ducha y vuelven. Otras se cambian intentando mantener algo de intimidad usando la toalla. Yo no puedo hacer esto.

Mi intimidad depende de cambiarme en la ducha. Soy una persona no binaria. Mi cuerpo no está previsto en el vestuario femenino. Tampoco en el vestuario masculino.

Cuando me planteé ir a la piscina hace unos años, hablé con la recepción del gimnasio. Dije que soy una persona no binaria, y que, para mí, es imposible usar el vestuario masculino. Demasiado trauma. Me preguntaron: “¿Y qué dice tu DNI?”. Suerte. Les dije que no les va a ayudar, porque el pasaporte de mi país de origen tiene una ‘X’ en el campo sexo, ‘X’ como indefinido, “diverso”, “no binario”. Gracias a este privilegio de mi pasaporte tenían que hablar conmigo, pensar en una solución, porque la simple “solución” del DNI no funcionaba. Unos días más tarde me llamó la directora del gimnasio y me ofreció la “solución” de usar el vestuario femenino, pero de cambiarme realmente en el baño de discapacitadas que hay dentro. Esto hice al inicio, luego encontré la solución de cambiarme en la ducha cuando salgo de la piscina. Tiene puerta.

Esto es parte de sobrevivir como persona no binaria en un mundo binario. A menudo, antes de ir a la piscina, me miro en el espejo para comprobar que no tengo demasiada barba. No me afeito cada día, y aunque mi barba crece mucho más lento con los estrógenos que estoy tomando, crece. Demasiada barba pone en riesgo mi cis-passing como mujer en el vestuario. Aunque, realmente, no oculto mi identidad. Llevo mis pendientes con el símbolo trans, y, además, tengo algunos tatuajes que claramente me identifican como trans o no binarie. Pero, hay partes de mi cuerpo que no puedo exponer en el vestuario, para mantener esa idea de cuerpos normativos en el vestuario femenino.

Muchas personas no binarias evitan ir a gimnasios o piscinas exactamente por el problema del vestuario. Para evitar malas experiencias, muchas practican el cis-passing, es decir, ocultan su identidad, intentan “pasar” por una persona de su género asignado a nacer. Otras, como yo, no tenemos passing en el género asignado a nacer, y no nos queda otra que intentar el cis-passing en el otro género binario, aunque tampoco nos identificamos con este género. Hace poco comenté a una persona conocida ya al lado de la piscina que siempre me siento algo incomode en el vestuario. Ella me contestó “es tu vestuario”, pero yo no lo vivo así. Le respondí que no, pero es el vestuario en el que me siento más segure.

Como personas trans –binarias o no binarias– a menudo sentimos que no pertenecemos a este espacio, a este vestuario que usamos. Tenemos que navegar la no pertenencia, con todas las emociones y miedos que esto nos causa.

Una investigación en Londres llegó a la conclusión que casi un 50 por ciento de las personas trans no usan centros deportivos por los vestuarios (binarios). Otra investigación, esta vez de Escocia y específicamente con personas no binarias, dice: “En ausencia de instalaciones de género neutro, las personas no binarias deben entrar en espacios segregados por género si quieren participar en actividades deportivas, y muches participantes hablaron de temores y ejemplos de vigilancia de género, especialmente en instalaciones solo para mujeres, lo que puede ser doblemente perjudicial para las personas cuyos cuerpos son examinados también a lo largo de líneas raciales y otras líneas de intersección. Algunas de las personas que habían utilizado instalaciones exclusivas para mujeres describieron prácticas de autoedición de género para evitar el acoso, incluido el ajuste de la propia autopresentación de género a través de la ropa y el comportamiento para ‘parecer como si se perteneciera a ese lugar’”. La investigación en España Transaludes 2024 llegó a la conclusión de que un 45,8 por ciento de las personas trans y no binarias han dejado de usar instalaciones deportivas por discriminación o miedo a discriminación.

El problema no es limitado a los vestuarios, aunque en los vestuarios quizás es más evidente. Muchas personas no binarias evitan el uso de baños públicos por la misma razón, según Transaludes 2024, más que la mitad. ¿Tiendas de ropa? Todas están organizadas de una manera binaria, y usar los probadores para probar un vestido puede ser difícil. Miradas extrañas, incluso pueden no permitirte usar el probador cuando estás en un departamento de la tienda que no coincide con como leen tu género. Más fácil comprar en internet. O buscar en una tienda gratis de tu okupa preferida.

¿Ir a un camping? Otra vez, los baños y duchas están organizadas de una manera binaria, y usarlas significa sostener mucha ansiedad. No quiero imaginarme afeitarme en los servicios para mujeres.

Estos son solo unos pocos ejemplos de las barreras a las que se enfrentan las personas no binarias en su vida cotidiana. Del misgendering permanente –tratarte en un género (binario) que no corresponde a tu identidad– ni hablar. Aunque tienes una expresión de género que rompe con el binarismo, en una tienda, en la terraza de un bar, siempre van a intentar ponerte en una casilla binaria y tratarte o en masculino o en femenino. Lo mismo en el centro de salud, incluso cuando según sus datos tu sexo/género es “no especificado”. Hace unas semanas me hicieron una mamografía, y como motivo pone “hombre en tratamiento con estrógenos”. ¿Sorprende que un 27,7 por ciento de las personas trans y no binarias con potencialmente graves problemas para su salud han dejado de usar servicios sanitarios?

Sobrevivir como persona no binaria en un mundo binario afecta gravemente a la salud mental: ansiedad, agorafobia, trastornos de alimentación, autolesiones, estrés postraumático, etcétera. Sobrevivir; de vivir una vida plena ni hablar.

Para hacer la vida vivible para las personas no binarias hay que desbinarizar a la sociedad, a nuestro mundo, a los espacios públicos. Baños mixtos y baños privados, la opción de vestuarios privados (la idea de vestuarios mixtos con muchos hombres cis me da miedo), y otras soluciones creativas que servirán no solo a nosotres, las personas no binarias, sino también a muchas otras personas que, quizás, prefieren algo más de intimidad y privacidad.

Desbinarizar a la sociedad también permitiría más diversidad y libertad. ¿Por qué la ropa tiene género? ¿Por qué nadie te pregunta por tu pronombre y cómo quieres ser tratade en una conversación?

La organización binaria de la sociedad limita a todes, no solo a nosotres. ¡Empezemos a desbinarizar nuestro mundo ya!

 
Publicado en: Pikara Magazine, online, 10 de septiembre de 2025, https://www.pikaramagazine.com/2025/09/vestuarios-o-supervivencia-no-bin...
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