Hacer el duelo por mis vidas trans/queer no vividas. Para Alex, La Rigby, y Alana
ALEX
Alex, mi niñe gender-bender de cinco o seis años. Le hubiera gustado poder jugar con su género, pero tenía demasiado miedo.
Sobre todo, le hubiera gustado no tener que ir a su primer día de colegio como niño. Quizás como niña, como une gender-bender, como se ha dibujado en esta foto.
Era 1970. Ni quiero imaginarme una infancia trans en Alemania en 1970. No obstante, el dolor de esta vida trans/queer no vivida esta.
LA RIGBY
La Rigby, mi chica adolescente trans. Le hubiera gustado mostrarse como la chica trans que era cuando tenía 13 o 14 años y recibía una bici como regalo para la confirmación luterana.
Para ella, la bici significaba libertad. Pero le sobraba la confirmación. Solo con la bici, y, quizás, sobre todo con ser vista como la chica que era, hubiera sido contenta (quizás no feliz).
Alemania 1978. Dudo mucho que hubiera sido un lugar seguro para una chica adolescente trans.
ALANA
El 17 de septiembre de 2000 Alana escribió en mi diario: "Es curioso lo que se puede hacer con un PC. Es tan fácil cambiar de sexo (género), y ni siquiera me veo mal como mujer. (...) Un cambio de género es algo interesante, y quizá debería intentarlo una vez en la realidad (de todas formas tengo este deseo de vestirme con ropa de mujer, y quizá al menos una vez debería ceder a eso)".
No había palabras para decir no-binarie. O, yo no las tenía. Pero a Alana le hubiera gustado salir de la jaula de la masculinidad, como se imagina hacerlo en esta conferencia internacional en India en febrero de 2001.
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