Villazon – Tupiza – Potosi

Era mi primera semana en Bolivia. Al lunes, 25 de febrero, salí desde Villazon temprano – a las 8:00 de la mañana – y a la salida de la ciudad encontré una huelga de los conductores de colectivos, bloqueando la carretera con sus colectivos. Pude pasar, pero coches no, y continué en el camino a Tupiza.

Después un rato, un otro ciclista vino desde detrás en su bici. Nos introducimos. Era Rob de Alemania, viajando desde Montevideo hasta Lima (su blog es a http://enbici.de – en almenan con resúmenes en castellano). Continuamos juntos en el camino hasta Tupiza. Al inicio fuimos a casi 3500m de altura, a veces subiendo un poco, a veces bajando un poco.

Al fin empezó la bajada al valle del río Tupiza – una bajada de 500m a solamente 10km. Era impresionante y rápida. Desafortunadamente, después de la bajada, el camino continuó por los últimos 20km siempre bajando y subiendo cerca del río, que nos cansó mucho. Continuamos despacio, a veces muy despacio. Pero las vistas desde de las montanas desde el valle eran muy impresionante.

Llegamos a Tupiza mas o menos a las 2 de la tarde, y al primero fuimos a un restaurante para almorzar, y tomar cerveza. En Bolivia, normalmente hay un plato de día para el almuerzo, que normalmente no es vegetariano, pero han cambiado el plato principal para mi, para que pude comer algo vegetariano. Luego fuimos a un hostal (Hostal El Torre), donde nos alojamos.

 

Tupiza es una ciudad bastante turística, que sirve para un punto de salida para toures en jeep a las salares de Uyuni y las lagunas en las montanas cerca a la frontera con Chile – a una altura de casi 5000m. Nos ofrecieron también un tour, pero no lo hicimos.

Muy visible en Tupiza es una separación de la infraestructura para los turistas – hostales, restaurantes, etc – y para la población local. Cuando llegamos, almorzamos en un restaurante en la mayoría para la población local, con pocos turistas. Pero por la noche cenamos en un restaurante casi exclusivamente para turistas... y de estos hay muchos, en la mayoría pizzerias.

 

Decidimos hacer un día del descanso en Tupiza, y inicialmente la idea de Rob era continuar a Uyuni, y la mía a Potosi. Al día siguiente Rob tuvo diarrea, y no hizo mucho, y yo hice un paseo por la tarde. Decidimos continuar juntos hasta Potosi, por que el camino a Uyuni es muy duro – un camino de tierra y piedras – y es mas fácil ir a Potosi.

Descansamos para un día mas, y caminamos 10km hasta un poblecito que se llama Bella Vista, donde almorzamos pan y queso. La idea era ir a la puerta del diablo, pero no hubo señales, entonces pasamos la puerta sin saberlo. Por suerte, cuando empezamos a caminar para volver a Tupiza, hicimos dedo y un coche paró, y volvemos a Tupiza en coche. Por suerte no solamente por el camino, pero también por la lluvia. Empezó a llover una hora después nuestra llegada en el hostal... y no podríamos hacer 10km en una hora a pie.

Al final, al 28 de febrero salimos de Tupiza y empezamos el camino a Potosi – un camino de cuatro días. Poco después de Tupiza empezó la subida – 17km y desde 2950m hasta 3650m. La hicimos en dos horas, subiendo despacio pero continuamente, hasta llegamos al punto mas alto del camino. Por los siguientes 25km el camino continuó subiendo y bajando un poco, y a 42km desde Tupiza hicimos una pausa. Tuvimos pan, queso, huevos, restos de la cena (de quinua) para almorzar, y descansamos un rato.

Cuando continuamos, tuvimos que subir inicialmente, pero después poca subida empezó una bajada de 30km y probablemente 700 o 800m. Estos 30km hicimos muy rápido, y los últimos 11km hasta Santiago de Cotagaita. Llegamos a Santiago de Cotagaita a las 2:30 de la tarde. Tomamos una gaseosa y luego buscamos alojamiento. Encontramos una hospedaje, y pagamos 20 bolivianos cada uno – 2 libras esterlinas.

 

Santiago de Cotagaita es un pueblo un poco mas grande, y claramente no turístico. Aunque el “gringo trail” pasa por Cotagaita, normalmente los gringos no salen de sus colectivos en su camino entre Tupiza y Potosi o Oruro o Sucre o La Paz. Es muy visible que Cotagaita es un pueblo mas pobre – las mujeres que venden frutas y verduras en la calle venden poco – y todas lo mismo: durazno, uvas, a veces bananas. O tomates, cebolla, papas, etc. Hicimos un paseo por el pueblo por la tarde, y no encontramos mucho...

 

Por la noche salimos para cenar. Fuimos a un restaurante que pensamos era un poco mejor, pero solamente tuvieron sopa de arroz o pollo. Optamos por la sopa, pero también tenia un poco de pollo. Después de comer la sopa, no fuimos para buscar mas comida en un otro lugar. Pero en cualquier restaurante donde preguntamos no dijeron lo mismo – sopa de arroz o pollo. Al final comimos una humita en la calle – pero no la mejora. Volvimos a nuestro alojamiento para el resto de la noche.

 

Al segundo día salimos a las 8:30 de la mañana, para los 78km hasta Vitichi – pero 78km con 1919m de subida, y 1568m de bajada. Empezamos con la primera subida – 700m. Después fuimos subiendo y bajando un poco, a veces mas que un poco, hasta que llegamos a Tumusla, después una otra bajada. Tumusla es un pueblo pequeño, pero hubo un restaurante donde una mujer servo almuerzos. Comimos una sopa, y tomamos algo. Hicimos una pausa bastante larga, por que tuvimos que subir otra vez.

Al final empezamos otra vez a subir. La segunda mitad del camino fue duro, y al final llegamos a Vitichi a las 5 de la tarde, bastante cansado. El pueblo de Vitichi es al lado de la ruta, y entramos al pueblo para buscar alojamiento. Encontramos un hostal bueno, donde nos alojamos. Descansamos un rato, y hicimos un paseo por el pueblo, para tomar una cerveza, y también para buscar un restaurante para cenar. La cerveza tomamos en la plaza principal del pueblo, con niños jugando y disfrutando la presencia de los gringos. El restaurante encontramos al lado de la ruta 14, y comemos una sopa y un plato principal – para mi otra vez huevos, arroz, y papas.

Volvemos al hostal y dormimos.

 

Al tercer día salimos a las 8:15 de la mañana, bastante cansado del día anterior. Solamente hicimos 50km, pero al inicio con subidas y bajadas, y al fin con bastante subida, hasta 3675m. Al menos fuimos al lado del río, subiendo mas que bajando. A este día nos molestamos muchos perros, perseguyendonos en nuestras bicicletas.

Llegamos a Cuchu Ingenio a la 1, y al primero fuimos a un restaurante para almorzar – otra vez una sopa y para mi huevo, arroz y papas como plata principal. Luego buscamos alojamiento. En el único hotel del pueblo no había ninguna habitación libre (al menos lo dijeron), y al final encontramos alojamiento en la estación de servicios – una habitación bastante sucia con dos camas, sin duchas y nada. Pero no teníamos otras opciones.

 

Hoy fue el ultimo día del viaje a Potosi – solamente 38.4km, pero con una subida a 4350m de altura. Salimos temprano, y empezamos la subida. Después de mas que 2 horas llegamos a un primer cumbre de 4220m. Una subida bastante dura. Bajamos otra vez a 4100m, pedaleando por un pequeño altiplano entre los dos cumbres. Desde este momento tuvimos bastante viento en contra, entonces fuimos muy despacio.

Hicimos una pausa, y empezamos con la segunda subida a 4350m. En el altiplano hubo muchos llamas, pero también bastante minería, y mas minero mas cerca de Potosí. Los últimos metros eran duros, pero un poco antes del cumbre las vistas – mas a detrás – eran muy impresionante.

No hicimos mucha pausa en el cumbre – no había mucho de ver, y estuvimos muy cerca a Potosí. Entonces bajamos – una bajado brutal. Inicialmente pasamos por un panorama de la minería, pero muy pronto llegamos a la entrada de Potosí, y continuamos con una bajada brutal, hasta el centro de Potosí. El centro de la ciudad es muy hermoso, con muchos edificios viejos, del tiempo colonial de Bolivia. Para llegar, pasamos por los barrios mas pobres de Potosí.

En Potosí, estamos otra vez en el 'gringo trail', con infraestructura turística. Tiene sus beneficios – al menos para mi hay mas opciones de comida vegetariana. Pero también es un poco un mundo artificial y separado de la vida de la mayoría de los y las Bolivianos/as. Me siento un poco raro – como un visitante de un otro mundo.

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