Trauma complejo y depresión: luchar – y cuando no quedarme con mis emociones

Desde mi última entrada en mi blog sobre abuso sexual y emociones he vivido una montaña rusa emocional. Al mismo tiempo noto un cambio: he tomado la decisión de luchar! De hecho, tomé esta decisiones el día antes de escribir la última entrada de mi blog. Este día tomé varias decisiones:

  • No voy a drogarme con psicofármacos, como ya escribí hace dos semanas,

  • Voy a luchar! No puedo seguir así, muchas veces al borde de sentirme suicida, y necesito hacer mi parte: luchar. Luchar para salir de esta mierda!

  • Voy a buscarme y aplicar otras herramientas que me pueden ayudar. He empezado con una meditación muy sencilla (de respiración) antes de acostarme, y me he buscado técnicas de auto-calmación y auto-tranquilización (en inglés) para cuando mis emociones me desbordan.

Hasta este momento, creo que, me había dejado llevar por mis emociones. Hice una cosas para protegerme de un posible suicidio, me busqué una nueva psicóloga con la formación y experiencia necesaria para acompañarme en mi trauma complejo, pero hice poco más. Fue lo suficiente para sobrevivir, para no llegar a suicidarme, pero poco más. Y el mes de enero fue un mes muy difícil para mi y para muches de mis amigues, que se asustaron por mi estado de animo y mis pensamientos de suicidio. Entendible.

Todo esto – y el enfado de una amiga – al final me llevaron a tomar decisiones. Pero, creo que, lo más importante ha sido el cambio de actitud que vino con estas decisiones. ¡No quiero dejarme caer! ¡No quiero dejarme llevar por mis emociones!

No ha sido fácil. De hecho, justo el día (o, la noche) después de mi última entrada en mi blog, es decir, la noche del 1 de febrero, caí brutalmente. Posiblemente esta noche fue la peor noche hasta ahora. Una noche súper fatal. Escribí a unes amigues la mañana siguiente:

No pude dormir. Siempre cuando me puse boca abajo y me tapé, tuve que llorar, y no puedo decirte por que estuve llorando. Estuve agotade, quizás hasta asustade. Pensé en bajar de la cama para ir al baño y hacerme una nueva botella de agua caliente para mi espalda, y una parte de mi pensó en los cuchillos en la cocina, y otra me dijo "No bajes!". No bajé.

Luego pensé en salir, sentarme en un banco en la Alameda para llorar, y pensé que va a venir la policía, y curiosamente pensar en insultarles y gritarles - soltar todo mi enfado - me tranquilizó. No sé cuando por fin encontré sueño.

Estoy desperte ahora, pero voy a intentar dormir algo más, aunque dudo que lo voy a conseguir. Pero al menos estas dos horas,han sido suficiente para no sentirme suicida.

Hasta estuve pensando en ir a urgencias. Pero, que pueden hacer? Ingresarme en la psiquiatría, en la parte de hombres? Drogarme? (Mal)tratarme como hombre, y ser "atendide" principalmente por hombres cis? Potenciaría cualquier suicidaliad, y, además, seria altamente retraumatizante.

Aunque fue la peor noche, y también asustó a mi, también reforzó mi determinación de luchar. La decisión había tomado dos días antes, y esta noche todavía me faltaban las herramientas para afrontar y gestionar a mis emociones. Esta misma tarde volví al libro Hell Yeah Self Care de Meg-John Barker y Alex Iantaffi, y leí el capitulo sobre las emociones, y encontré lo siguiente:

Todes intentamos alejarnos de las emociones negativas de vez en cuando y, a veces, esto es incluso necesario. Por ejemplo, si luchamos contra el suicidio, el trastorno de estrés postraumático (TEPT) complejo, la depresión y otras condiciones que nos llevan a entrar en una espiral de emociones negativas, puede que necesitemos alejarnos de ellas, y hablaremos de esto un poco más adelante.

Hell Yeah Self Care, página 97

 

En realidad, desde una perspectiva informada por el trauma, a veces no es aconsejable ir hacia las emociones - o quedarse con ellas - cuando estamos abrumades o reactives, o cuando las emociones son muy intensas. Ciertamente, no es una gran idea cuando estamos en medio de una respuesta traumática intensa. La razón es que es fácil volver a traumatizarnos o abrumarnos aún más, por ejemplo, si nos obligamos a recordar cosas extremadamente dolorosas antes de estar preparados, o nos obligamos a permanecer en un estado de pánico o de profunda pena para "sentir la sensación".

Entonces, ¿cuándo es buena idea quedarse con las emociones y cuándo no? Nuestra amiga Sophia Graham, que escribe el blog Love Uncommon, nos dio esta sencilla sugerencia. Ella dice:

La sencilla escala de activación emocional del 1 al 10 me resulta muy útil. Me doy cuenta de mi activación emocional general, independientemente de las emociones que sienta, y la califico en una escala del 1 al 10, siendo el 1 la intensidad más baja y el 10 la que está completamente abrumada. Esto significa que sólo tengo que comprobar con mi cuerpo mi nivel actual de activación emocional.

Puedes hacer esto con lo que sientes ahora mismo. ¿Y la última vez que sentiste un gran sentimiento?

Sophia sugiere que si nuestras emociones están en el rango 4-7, entonces podríamos estar en un lugar realmente bueno para practicar la permanencia de las emociones. Si estamos en el rango 1-3, entonces podríamos beneficiarnos de sintonizar con las emociones que puedan estar ahí. Si estamos en el rango 8-10, entonces se trata más bien de autocuidado y autocalmado: volver a un lugar más seguro y menos intenso. Ten en cuenta que estas cifras son subjetivas y que deberías averiguar tu propio rango tolerable. Quizá quieras llevar una lista de las prácticas calmantes que te funcionan en esas circunstancias. (...) Una parte realmente importante del trabajo con el trauma es darse cuenta de cuándo estamos activades y nos sentimos insegures, y ser capaces de sacarnos de la situación y dar prioridad a cuidarnos a nosotres mismes, en lugar de obligarnos a quedarnos.

Hell Yeah Self Care, página 108-109

Fue una relevación! Para mi era muy obvio que muchas veces estaba con una activación emocional a tope – un 10 en la escala – y intentar quedarme con las emociones no era una buena idea. Y me di cuenta que realmente lo que estaba haciendo muchas veces era cortar a mis emociones en estos momentos. Pero, esto no funciona – siempre volvieron rápidamente todavía más intensas. Y, como ya escribí hace dos semanas, también era incapaz de quedarme con la emoción y “completarla”, “cerrarla”.

Después de leer esto miré sus sugerencias respeto a la auto-calmación. Tienen dos técnicas muy sencillas: auto-abrazarse es una de estas, y otra es nombrar 5 colores, 4 formas, 3 texturas, 2 sonidos y 1 olor o sabor en tu entorno que puedes ver, tocar, escuchar, saborear… Decidí buscar más, y encontré un montón de técnicas de auto-calmación (en inglés).

Con mi nueva determinación de luchar empecé a practicar la meditación y aplicar algunas de las técnicas de auto-calmación cuando las necesitaba, con más o menos éxito a veces, pero no volví a caer tanto que me sentía al borde de estar suicida. Aunque las semanas han sido una montaña rusa, he conseguido a gestionar mis emociones de una manera que me ha permitido no caer. Muchas veces se quedó poca energía para otras cosas, pero me he sentido más estable en lo general.

Dudo mucho que las técnicas solas por si mismas hubieran sido suficientes. Creo que el cambio en mi actitud, me determinación de luchar, ha sido al menos igualmente importante, si no más.

Ayer, después de un primer intento de una sesión de EMDR el lunes, estuve otra vez fatal, con muchas emociones difíciles, con frustración, miedo, enfado conmigo misme, vergüenza (más en otra entrada en este blog pronto). Creo que no estuve tan cerca a sentirme suicida desde esta noche fatal del 1 de febrero. Pero no caí hasta este punto. Fue una lucha difícil, pero conseguí no caer, y, creo que, lo más importante este día fue mi determinación de luchar.

Seguiré luchando. Ya no me dejo caer.